INTRODUCCIÓN
Definir el amor ha sido tarea ardua no sólo de poetas, sino también de filósofos y pensadores quienes llegan a la conclusión de que este profundo sentimiento tanto del hombre como de la mujer, es indefinible.
En el teatro de la vida suele ser para los amorosos una representación de dos actores cuya trama se va diluyendo entre sueños, realidades, risas, llantos, entu-siasmos, desalientos, tranquilidad, angustia, entendi-miento, incomprensión; en ocasiones tal parece que fuera una lucha donde no se sabe si somos los vencidos en él o los triunfadores, las víctimas o los victimarios; incluso en casos tormentosos, llegamos a confundir el pecado con la penitencia.
Hay momentos en los cuales el amor nos hace sentir valerosos, a veces cobardes, egoístas, desprendi-dos; distantes, cercanos; el tiempo pierde su dimensión justa puesto que se acorta en la presencia del ser amado, sentimos cómo se alarga con su ausencia; qué lentes nos suele colocar en los ojos que apreciamos paisajes hermo-sos y luego sombríos. El amor es una paradoja, pero dentro de su absurdo, nos permite el sentido profundo de vivir.
El amor con frecuencia se convierte en monólogo lleno de súplicas y ruegos cercano más bien a su extre-mo opuesto, el desamor. Sin embargo, aún roto el diálogo de la tragicomedia, le seguimos llamando de la misma manera: amor, el más intenso sentimiento que puede padecer para disfrute o suplicio el alma humana.
Callado amor... es una colección de poemas escritos desde el inocente candor de la adolescencia de su autor, cuando llega novedosa y alborotada esta inquietante obsesión, hasta la plenitud de su vida, cuando creemos erróneamente que por lo vivido, ya sabemos todo lo referente a él. Sin seguir un orden establecido en el tiempo o el espacio, cubre los más variados estilos, desde la forma clásica de escribir, que utiliza el autor como el pintor aprende a combinar los colores en la paleta para luego poder volcarlos en el lienzo, hasta llegar a otras formas más libres de hacer poesía, pero siempre en la búsqueda de una manera personal de manifestarla.
Poemas leídos o declamados en algunas reuniones bohemias de amigos acompañados de las cuerdas de una guitarra o simplemente del ánimo de la ocasión y recopilados de páginas blancas de libros, viejos cuader-nos, servilletas y hojas sueltas que aún con su presencia desperdigada y desaliñada conservan a pesar del tiempo el brillo de su delirante intención, pues fueron escritas por una pluma movida por esa pasión que es el amor... o el desamor, que para este caso, tienen la misma fuerza, cuando inspirados se nos ocurre hilar el pensa-miento con el corazón buscando trocar en palabras nuestro atrevimiento amoroso queriéndolo comprender y concluyendo a pesar de todos los intentos, que para el amor sinceramente, como uno de los sentimientos más conmovedores, muy poco le sirven las palabras.
PRÓLOGO
En una perfecta eufonía se escucha la palabra al leerla y en un plano de dicción y de armonía puede sentirse la aferencia neuronal que genera el mensaje de placer, de emoción, de compenetración en el verso y en la rima.
Amador Peña Chávez tiene esa eufonía por los matices y el color de su voz que transmite y sensibiliza logrando en su auditorio la identificación con el poeta y con su objetivo: entregarnos en su libro Callado amor… el deleite en su personal estilo, porque vive y vibra en cada interpretación. Callado amor… por su expresión literaria tan limpia y fuera de todo subterfugio cuadra perfectamente en la elación como elevación y grandeza de espíritu, porque construye y da lugar al contacto fino y noble sin jactancia, sin presunción, apropiándose de la creación participativa que el poeta logra como en su ansia adolescente del primer beso en unos “labios de eraje”… de miel virgen para colmar los sueños de esa boca.
Espléndido y transformado Amador Peña nos enseña a entenderlo retomando cada lector, cada escucha su propia experiencia, su estilo singular de amar, de gozar sus remembranzas y darse a sí mismo la dicha de la añoranza y el alimento vital de un sueño, de un anhelo, de una historia.
Paso a paso, encontraremos muchos modos de decirlo, de comunicarlo y ahí ensamblamos nuestras vivencias porque el común denominador del texto es adoptar la vena poética y en ello recrear nuestra inspiración sin exceder en la rigidez de la métrica, guardando sí la cadencia, el ritmo y la armonía para tomar de la copa de esta obra nuestro callado amor y emerger de las aguas fortalecidos, transformados en el poeta, en el romántico que todos llevamos dentro, donde el amor es poderosa energía que nos mueve y nos hace vivir y amar y entender para no perder nuestra identidad en el “libre amor” sin tiempo y sin distancias, “con ráfagas insulsas de mis días mejores” donde “ríe el sol, ríe la mar” y puedas repetirte “los poemas de amor que te escribí”.
“Con múltiples te quiero” y “no me olvides” en “el suplicio de estar enamorado” y en la sangre rebelde –es tarde ya en tu vida– “en cambio el corazón me dice: todavía”.
Ama y descubre en ti la fuerza de vivir, de triunfar en tu Callado amor…
C.C. Holbox